Cambio de paradigma sustantivo en el
ejercicio de la abogacía
Autor: Abog. Moisés Pablo
Mariscal Rivera.
Los hombres, aunque han de morir, no
nacieron para morir, sino para innovar. (Hannan
Arendt).
Desde
el comienzo de la inmovilización social decretada por el gobierno nacional por
el surgimiento de la pandemia motivado por el virus Covid-19, las redes sociales
y en general la información, se encaminan con todo vigor al uso de plataformas en
las que se adopte la comunicación virtual, así se ofrece toda clase de servicios,
capacitaciones, servicios y demás; obviamente, los operadores del derecho se
han subido al coche ya sea organizando charlas, discursos, diplomados, clases,
maestrías, doctorados, etcétera.
En
mi opinión, creo que todo ello es paradojal, pues hace muy poco tiempo busqué
postular a un doctorado en una universidad importante de nuestro país, sin
embargo, fui informado que se dictaría de forma presencial, sin alternativa
alguna. Ante ello, observé el por qué de esa política teniendo a la mano tanta
tecnología de por medio, pero sólo obtuve la respuesta de que la enseñanza era
de carácter personalizada, creo yo por el afán de un mayor lucro; ahora bien,
reflexiono cuál será la posición que adoptará esa universidad en este contexto
en que se ha desatado la pandemia; obviamente, la respuesta cae de madura.
Por
otro lado, los últimos días, el Poder Judicial viene emitiendo una serie de directivas
y protocolos respecto a cómo se presentarán las nuevas demandas o escritos por
mesa de partes. De hecho, un tema muy en boga es la oralización de las
audiencias, sin embargo, existen miles de procesos de naturaleza civil
contenidos en expedientes, lo cual creo es imposible que a la brevedad se
digitalicen para oralizarlos, lamentablemente, es el costo de la decidía y del desinterés
de las autoridades judiciales que viene de décadas atrás por cambiar esa
situación en su momento. Por ello, implementar una política improvisada va
generar un coste alto en la administración de justicia y la volverá más
precaria de lo que ya es.
El
objetivo de las observaciones que realizo están orientadas a dejar establecido
que si bien es cierto que la pandemia del Covid-19, obliga a todos los que
están vinculados al ejercicio del derecho a realizar un cambio de paradigma y
promover innovaciones, esas deben ser profundas, donde primero se trabaje la
sustancia y luego la forma. Es decir, no
se trata de que se suba una charla o un instructivo a las redes sociales, por
el contrario, se trata de implementar una política seria de transformación
digital.
Finalmente,
considero que los abogados que ejercemos la profesión de forma independiente
debemos ser permeables al cambio de paradigma e innovar en el ingreso al
sistema digital, empero, sin perder la esencia, pues de nada sirve que manejes
una plataforma virtual como el zoom y otras, si no tienes la menor idea del
tema que tratarás. En ese sentido, creo que debemos identificar el nicho de
trabajo en el que nos especializaremos, pues, ya no se trata de decir que, cómo
abogado puedo ver cualquier tema. Por ello, si no innovamos de forma
sustantiva, el camino será cuesta arriba y tal vez nos extermine, como lo hace
el virus Covid-19, por ende, o innovas o mueres.
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