Por:
Sandra Steysi Ramos Figueroa.
Abogada
por la Universidad Nacional del Altiplano.
Abogado
asistente en el estudio jurídico Mariscal & Galdos Abogados.
INTRODUCCION
Los Aymaras tienen consigo una larga historia resumida en
la aparición del hombre primitivo del altiplano, que está ligado a Vizcachani,
muestras de los antiguos hombres, de hace más de 5,000 años antes de Cristo, lo
encontramos en las pinturas rupestres de Pizacoma y Mazocruz en el departamento
de Puno.
Es posible como lo señala Víctor Sardón Espezúa que: “Los
Aymaras ingresan al espacio del altiplano, con conocimiento de agricultura
incipiente y que una vez establecidos en su nuevo espacio vital pusieron en
práctica el cultivo de ciertas especies fáciles de doméstica, ocupando espacios
en lugares aledaños o próximos por los grupos de los Uros de habla puquina a
partir de los 200 años después de Cristo, hasta los 9000 años, las culturas de
acuerdo a su ciclo evolutivo alcanzan su plenitud respecto al nivel técnico y
artístico de su cerámica y textil era, entre las culturas más representativas
están Nazca y Mochica, y en la zona del altiplano peruano – boliviano se desarrolla
la cultura Pucará, posteriormente en el Horizonte Tiahuanaco de los 9,000 a
1,200 después de cristo se desarrolla el Tiahuanaco que al hablar el puquina, fueron
los predecesores de los Aymaras.” (SARDÓN, 2005: 33-34)
Los reinos Aymaras de acuerdo al espacio que ocupaban en
el altiplano del Collao hasta la llegada del conquistador Inca, fueron varios,
su organización social estaba basada en el Ayllu, que era la unidad de la
sociedad de tipo colectivista formando por un clan de familia, compartiendo en
común el producto de sus cosechas y los animales.
La nación tiene pueblos numerosos al interior, y esos
pueblos son de indios. La nación está constituida por un crecido número de
indios excedentes a la raza blanca moradora de la costa del pacifico”. Por su
parte Cesar Lévano al prologar el libro “Aymaras Rebeldes” de Augusto Ramos
Zambrano, se pregunta al leer las páginas de Juan Bustamante ¿Qué hubiera sido
del Perú si sus gobernantes en lugar de defender a sangre y fuego a los
gamonales, hubieran acudido a evitar el despojo de los campesinos del sur? Sin
duda hubiéramos tenido un país menos injusto, y con menos prejuicios étnicos.
En un folleto que escribió Juan Bustamante Dueñas, doce años antes de la guerra
con Chile demandaba el reconocimiento de la nacionalidad Aymara”. (TAMAYO,
1998: 30-36).
Por su parte, José Tamayo Herrera citando al autor
Boliviano Franz Tamayo, señala: “¿Qué hace el indio por el Estado?” Todo. Se
responde. ¿Qué hace el Estado por el indio? Nada. El indio se basta. El indio
vive por si, tiene aunque en un grado primitivo e ingenuo todo el esfuerzo
combinado que demanda la vida social organizada y constante: el indio es
constructor de su casa, labrador de su campo, tejedor de su estofa, y cortador
de su propio traje; fabrica sus propios utensilios, es mercader, industrial y
viajero a la vez; concibe lo que ejecuta, realiza lo que combina, y en el gran
sentido shakesperiano es todo un hombre, porque el indio agricultor o
pescador tiene siempre la cualidad de su
raza: La suficiencia de sí mismo. La suficiencia que en medio de su depresión
histórica, de su indignidad social, de su pobreza, de su aislamiento, en medio
del olvido de los indiferentes, de la hostilidad del blanco, del desprecio de
los imbéciles, de la propia suficiencia que lo hace autodidacta, autónomo, y
fuerte: el indio es el verdadero depositario de la energía nacional; es el
único que en medio de esa chacota llamado republica toma a lo serio la tarea
humana por excelencia: producir intensamente, en cualquier forma ya sea
mediante la labor agrícola o minera, ya sea en trabajo rustico o de servicio
manual dentro de la economía urbana. Hay que aceptar en indio es el depositario
del 90% de la energía nacional. Queda pues establecido que en la paz como en la
guerra La Republica vive del indio o muy poco menos. Y es en esta raza que el
cretinismo pedagógico, que los imbéciles constituyen en orientadores de la
pedagogía nacional no ven otra cosa que vicios, alcoholismo, egoísmo y el
resto. (TAMAYO 1993-57-58).
CAPITULO I
EL AJUSTICIAMIENTO EN MANOS DEL PUEBLO Y LA NORMATIVIDAD
EN EL PERU
2.1. ANTECEDENTES
HISTORICOS DEL AJUSTICIAMIENTO
En la historia de la humanidad y en sus diversas épocas,
de manera su generis en el antiguo Perú, el “Ajusticiamiento Popular” era
considerado como un derecho consuetudinario, en donde grupos sociales imponían
sanciones ejemplares que consistían en castigos físicos y psíquicos. En el que
se propinaban golpes con palos, piedras, hondas, zurriagos (azotes); sometían a
trabajos forzados y sanciones pecuniarias, y por medio primaba la intimidación
(sanción psíquica). Pero nunca llegaba hasta el externo de privarle la vida al
desviado social o delincuente que cometiera un acto contrario a las buenas
costumbres o actos delincuenciales.
En el antiguo Perú, la forma más general de prevenir las
desviaciones y los delitos se hacían a través del cultivo de los valores
morales. Como la disciplina, el orden, la respeto por el bien común y privado,
el respeto de sus autoridades y del derecho consuetudinario.
La norma o principio que estaba en la cúspide de la
superestructura era esas frases que nos han enseñado en la escuela “AMA SUA”,
“AMA QUELLA” Y “AMA LLULLA”, principios legitimados y consagrados por la
sociedad inca; por tanto, ningún habitante del antiguo Perú podía dejar de
practicar estos principios.
Por ser considerado sagrado y obligatorio, no podían
trasgredir ni omitir, lo hacían al momento de encontrarse, esto nos hace
entender de que los saludos se realizaban a través de estos principios, para
ninguno se olvidara y quedaran gravados para siempre en el inconsciente de los
habitantes, que hasta nuestros días se practica en algunos pueblos altos
andinos.
2.3.
NORMATIVIDAD DEL AJUSTICIAMIENTO EN MANOS DEL PUEBLO
El llamado “ajusticiamiento en manos del pueblo”, en lo
que va de la historia después de la invasión española ha venido cambiado el
curso del verdadero sentido de “justicia popular” o la aplicación adecuada del
Derecho Consuetudinario, que no contempla “quitar la vida”. Dado que en la
visión andina siempre fue y es fundamental el respeto a la vida humana, como lo
es el respeto a la vida humana, como lo es el respeto a la tierra, los cerros,
los animales, a las plantas, los ríos y demás ecosistemas. Porque los lugareños
consideran que el respeto al prójimo y sus recursos naturales, son parte de la
convivencia ancestral y la sustentabilidad no solo propia sino también del
futuro de la humanidad. Donde todos se necesitan, dado que en el mundo andino
no existen poderosos ni autosuficientes si no que todos se necesitan unos a
otros, bajo este principio el respeto y el derecho a la vida es
fundamental.
En el altiplano del sur del Perú, mases específicamente
en el departamento de Puno, en los últimos meses y días se viene apreciando una
diversidad de hechos en las comunidades indígenas y campesinas, ante el
incremento de la delincuencia cometidos por personas ajenas a ellas de sus
miembros. A quienes han empezado a aplicar sus normas consuetudinarias, es
decir sancionarlos de conformidad a sus usos y costumbres. Cuyo único objeto es
poner fin a los males dela delincuencia, que consideran ajenas a su sistema de
valores, creencias y costumbres.
Si visitaríamos
los centros penitenciarios (cárceles) de la región altiplánica, nos daríamos
cuenta que al menos el 60% de los internos son campesinos e indígenas o
personas o indignantes. ¿Qué paso, acaso la mayoría de los integrantes de las
comunidades o de los pobres son delincuentes o lo son más delincuentes que los
llamados integrantes de los sectores blancos/mestizos?, ¿Existe acaso, en la
lista de, los grandes asaltantes de bancos algunos integrantes de estas
comunidades campesinas?, o acaso se ha sabido que la banda de secuestrados de
empresarios o asaltantes de cambistas y taxistas con los indígenas y
campesinos.
2.3.1. DEFINICION
DE LA REALIDAD
Que en estos casos que la normas son precisas y que
garantizan a las personas, pero no de lo teórico en cuanto a la práctica es muy
diferente porque los malos sistemas que toman las instituciones a la que
podemos mencionar la Policía Nacional, en Juzgado entre otras.
Es por eso que la necesidad plantea postergarse ellos
mismos sin recurrir a los mismos que nos amparan y que por lógica estos hechos
para una mejor convivencia que hay en ello que dichas normas, la justicia esta,
pero no se hacen valer en muchos caos a menos que la población hagan suya la
dicha justicia.
CAPITULO II
EL CONFLICTO DE ILAVE
3.1. EL
AJUSTICIAMIENTO EN MANOS DEL PUEBLO DE ILAVE
Días antes del 26 de abril 2004, los habitantes del
Ilave, ciudad que está ubicado al sur del Departamento de Puno, a unos 50
kilómetros de la capital de dicha región, se pudo ver a numerosas mujeres, más que hombres
vestidas de negro, con vestimenta típica Aymara, la que suele usar para
entierros, y para acompañar a los muertos en las costumbres aymaras, estaban
sentadas en todo el perímetro de la plaza de armas, se guardaba silencio y
tanto el chajjchado de coca el olor a alcohol se de baja sentir notoriamente,
como presagiando un hecho fatal. Tras
haber decidido la población una medida de fuerza como es la huelga, para que el
alcalde Cirilo Robles Callomamani, quien había sido acusado por hechos
corruptos y mal manejo del presupuesto municipal, la gente esperaba que
renunciara o diera muestras de rectificación ante una audiencia pública en el
que no había convencido como quería la
población, la tensión, el frio y la impaciencia de la gente se apodera de dicha
ciudad que es conocida por ser nexo comercial hacia el sur, para llevar a Tacna
y Desaguadero productos de pan llevar, y por la tradición ganadera y agrícola
de la zona.
El 25 de abril en la noche en forma clandestina había
entrado Fernando Robles con algunos regidores, para pernoctar en casa de un
familiar, y el día 26 de abril en la madrugada reunir a otros regidores más y
realizar una sesión de consejo municipal, al promediar las ocho de la mañana
fueron ubicados por los pobladores, quienes lo rodearon, rompieron vidrios de
la vivienda y al cercanos les propinaron una severa paliza a algunos regidores,
otros huyeron, pero a quien no pudieron permitir que huya fue al alcalde
Robles, a quien lo tomaron de rehén y desde tempranas horas hasta
aproximadamente las tres de la tarde que falleció según el reporte médico a
consecuencia de una shock hipovolémico, cual sacrificio redentor de Jesucristo,
amarrado y golpeado con una turba dispuesta todo fue recorrido por las calles,
por las plazas, hasta finalmente con
tanto golpe ser victimado después de una vía crucis que dejo conmocionado al
país, y al mundo. Hay que añadir que en esos días se produjeron similares tomas
de locales municipales tanto en Tilati – Huancané, y en Paucarcolla, que no se
prolongaron como en el caso de Ilave.
El proceso sobre el conflicto de Ilave en la vía judicial
que al comienzo tuvo una expectativa indignante de la población que después se
fue diluyendo, se capturo a supuesto responsable como el Teniente Alcalde y
otros, que después fueron liberados, al no encontrar mayores pruebas. Este
proceso en la actualidad ya tiene sentencia condenan a 30 años de cárcel a
asesinos del alcalde de Ilave, Alberto Sandoval Loza y Valentín Ramírez Chino
recibieron esta pena por el homicidio de Cirilo Robles en el 2004.
Para comprender mejor estos hechos y el escenario donde
la rueda del discurrir aymara salto nuevamente para el asombro, echemos una
mirada a la historia y al discurso sobre los aymaras.
CAPITULO III
INTERCULTURALIDAD EN EL PERU
La interculturalidad constituye un componente
central, que se encuentra dentro de nuestra estructura social, y su práctica
sin duda, contribuirá a potenciar el valor social de los indígenas. Asimismo,
permitirá encauzar a nuestros pueblos hacia una coexistencia de respeto mutuo,
de reconocimiento y de comunicación de doble vía; eliminando conflictos y
creando nuevos espacios de los que haceres políticos, económicos y sociales que
faciliten el desarrollo sostenido en el mundo actual, globalizante, de
constantes cambios.
En la actualidad, la interculturalidad como proceso
de interacción social se dinamiza y se operativiza cada vez más como una
necesidad en la sociedad moderna globalizante, donde coexisten pueblos con
diferentes lenguas y culturas en diferentes ecosistemas.
Entonces, la interculturalidad es un desafío de
sociedades multiculturales, como la del Perú, donde es urgente impulsar
procesos de intercambio, mediante acuerdos y consensos sociales, políticos y
comunicativos que permitan construir: espacios de encuentro y dialogo; alianza
entre seres y saberes, sentido y practicas distintas; plantear objetivos
comunes.
El Perú está en un proceso lento ya que no
aplicamos la pluriculturalidad y no tenemos una identidad cultural.
CONCLUSION
La interculturalidad es entonces un proyecto
democratizador, por lo que en un contexto asimétrico entre una cultura indígena
y una cultura llamada occidental, se debe como una condición previa y
permanente devolver su dignidad a la cultura andina. La interculturalidad es
esa dimensión de la vida humana en sociedad que tiene que ver con toda la
urdimbre social, política y económica. Así entendida, a entes que un concepto
de desafío vital, una actitud de apertura que nos libera de la tiranía,
prejuicios y de los aprontes certezas absolutas, que nos conducen al
estancamiento y a la intolerancia.
Hoy existe cierto consenso en que los seres humanos
vivimos en un mundo de sociedades multiculturales y plurietnicas, y se anhela
llegar a una interculturalidad. Pero, cuando revisamos y observamos con
detenimiento los escritos y los discursos constatamos que estos conceptos son
utilizados, unas veces, en sentidos opuestos, en otras ocasiones como términos
equivalentes, sin embargo es necesario aclarar como reconocía María Heise que;
“la interculturalidad surge de la polémica entre el proyecto integral de la
modernidad y la corriente conocida como postmoderna. Sabemos que la
postmodernidad surge frente al intento propiamente moderno de uniformizar el
saber sobre la base de un método unitario, una racionalidad que se autocorona
como la universal y única; y la postmodernidad afirma el carácter plural de la
racionalidad, el carácter heterogéneo de las formas de vida; es decir: asevera
que en nuestro planeta existen y coexisten diversos pueblos con ciertas
características particulares”.
Este planteamiento parece ser el más adecuado para el
logro de muestro sistema social y político en general y el sistema penal en
particular sean cada vez más conformes a la diversidad cultural que caracteriza
a nuestro país. Por el contrario es contraproducente el criterio resultante de
amalgamar el reconocimiento incondicional del pluralismo cultural con los
criterios de equivalencia de las culturas y del relativismo axiológico. Todo
ello supone superar el enfoque maniqueista de oponer los indígena a lo español
u occidental. Tanto el uno como el otro son bastante heterogéneos y han
cambiado profundamente debido a la cohabitación e interrelación reciproca
durante la Colonia y la Republica. Al respecto es de recordar que los Incas no
lograron integrarse en una nación, las diferentes naciones que sometieron y,
por lo tanto no las despojaron de sus tradiciones y costumbres. Por lo que debe
tenerse mucho cuidado al hablar de cultura o mundo andino, de su renacimiento o
fortalecimiento. La diversidad cultural actual de nuestro país es el resultado
intermedio de un largo proceso profundamente condicionado por diversos modelos
culturales, promovidos y defendidos por los diversos estamentos sociales y étnicos”.
La búsqueda de la
identidad colectiva es todavía una tarea pendiente, pues entre una imagen
dominadora y una dominada, es necesario construir una identidad colectiva
imaginaria dibujada por nosotros mismos a fin de oponer la mirada del otro, para
ello es necesario a reconocernos desde los elementos característicos de lo que
somos, de lo que nos singulariza, para avanzar en autenticidad, y en forma
dinámica hacer que esa identidad aparezca no en función del otro sino de
nosotros mismos.
En ese sentido,
juega un papel importante el Estado, La Sociedad desde los dirigentes, las
autoridades, los representantes, pero, también la educación en su sentido más
amplio, Renato Ortiz al respecto señala: “Las identidades son diferentes y
desiguales, porque sus artífices, las instancias que las construyen, disfrutan
de distintas posiciones de poder y de legitimidad.
Concretamente, las identidades se expresan en un campo de
luchas y conflictos en el que prevalecen las líneas de fuerza diseñadas por la
lógica de la máquina de la sociedad” la discusión de la identidad por lo tanto
es un aspecto central en nuestro país y se encuentra atravesada por una
necesidad ontológica que busca definirse. Alguna vez lo dije en un anterior texto que lo llame Ética
de la Justicia “El Perú es un país racialmente fracturado. En su historia, la
conquista instaura lo que podría denominarse “falla geológica” que aún
permanece abierta; por este motivo, la posibilidad de desarrollar una cultura
democrática debe tener como punto de partida la valoración de la diversidad
étnica, cultural y lingüística que nos caracteriza y el reconocimiento de una
igualdad a nivel de la condición básica del ser humano como tal, sin
distinciones de origen étnico y racial”
BIBLIOGRAFIA
1. ALAYA, José Luis (2005). “Morir en Ilave”. Editorial San
Marcos, primera Edición. Lima Perú.
2. RIVERA, Víctor Samuel: “Un hombre asesinado brutalmente
por el pueblo de Ilave, bajo la acusación de corrupción. El pobre hombre, antes
de ir a morir hecho un guiñapo a un hospital, fue primero paseado por las
calles por la turba indígena, apedreado, molido a golpes y vejado de diversas
maneras.
3. SARDON ESPEZUA, Víctor (2005). “Los Aymaras bajo el
arcoíris del tiempo y del espacio”. Editorial WB Impresiones, primera Edición.
Lima Perú.
4. TAMAYO HERRERA, José (1998) “Liberalismo, Indigenismo y
violencia en los países andinos”. Editorial Universitaria de Lima. Lima – Perú.
5. VEGA, juan (2006). “Fuente ovejuna”. Editorial Didáctica,
primera Edición. Lima Perú
6. Zapata Campos Henry Darwin, Tesis
de “ajusticiamiento en manos del pueblo y violación de derechos humanos en el
Distirito Judicial Puno 2004”.